Divorcio contencioso sin hijos ni bienes

El divorcio contencioso es aquel en el que uno de los cónyuges quiere pedir la disolución del vínculo matrimonial y no existe acuerdo con el otro cónyuge en la tramitación.

Un divorcio contencioso sin hijos se entiende aquel en el que no hay acuerdo y no exciten hijos comunes.

No descartes la posibilidad de llegar a un acuerdo de divorcio, antes de divorciarse lee esto, siempre es recomendable agotar todas las vías de entendimiento.

Divorcio contencioso significado:

El divorcio contencioso se regula en el artículo 770 LEC y es aquella demanda que se inicia por un cónyuge frente al otro para el divorcio y su regulación.

El divorcio contencioso es el proceso litigioso que tiene su opuesto en el proceso amistoso.

Me quiero divorciar pero tengo miedo es lo que dicen muchas personas que sienten la necesidad de divorciarse pero no saben como materializarlo. Desde Divorcieitor pensamos que no hay que temer la posibilidad de divorciarse, pues el miedo es invalidante y puede bloquear el sano desarrollo de la pareja y la familia.

Hay que construir relaciones lo más saludables posibles en las que si surge la necesidad de divorciarse se tienda a ofrecer las mejores posibilidades preferentemente amistosas y cordiales.

Divorcio contencioso sin hijos

Es aquel proceso de disolución del vínculo matrimonial en el que no habiendo querido o podido gestionar el proceso amistoso no existen hijos comunes ni por naturaleza ni por adopción.

En contraposición al divorcio contencioso sin hijos existe el proceso contencioso con hijos ya sean mayores independientes, mayores dependientes o menores o incapacitados.

El hecho de que alguno de los esposos pueda tener algún hijo fruto de otra relación sentimental, no supondrá que el divorcio sea un divorcio con hijos, pues es un divorcio sin hijos pues a tal efecto se consideran hijos comunes.

Divorcio contencioso sin bienes

El divorcio contencioso sin bienes es aquel en el que los cónyuges no tienen bienes comunes ni en régimen de gananciales ni en separación de bienes.

Si el matrimonio cuenta con el régimen económico matrimonial de sociedad de gananciales cualquier bien o deuda contraído de dicha naturaleza ganancial será común y por tanto deberá de tratar de llegarse a un entendimiento y en su defecto podrá ser un hecho controvertido a disputar entre los esposos.

Cuando la convivencia se ha desarrollado en la vivienda de uno de los esposos suele ser recurrente la pregunta de, la casa es mía y mi pareja no quiere irse, qué puedo hacer. Hay que analizar caso por caso, pues si bien es vierto que no es propiedad común, si constituye domicilio familiar, debe de regularse en el proceso de divorcio. En un divorcio no existirá preferencia paternofilial, pero en un divorcio con hijos menores, la preferencia es del hijo menor en compañía del progenitor custodio.

Padre quiere reconocer hijo madre se niega

En los casos en los que un padre quiere reconocer la paternidad de un hijo, pero la madre se niega a ello, el padre podrá interponer la demanda de paternidad y filiación ante los Tribunales.

En el caso de que la madre con mala fe sepa a ciencia cierta que un hijo es de un padre, pero que a pesar de querer reconocerlo, se lo niegue, nos encontramos ante una situación moralmente compleja, pues no debemos de olvidar que los niños también tienen derecho a que su paternidad sea reconocida.

En el caso en el que la padre, el presunto padre o incluso ambos tengan dudas de la paternidad, lo que puede pasar perfectamente sin que de ello deba de derivarse ningún prejuicio, lo más razonable es que ambos acudan a un laboratorio privado para efectuar el reconocimiento biológico, pues con la prueba de ADN, se puede salir de dudas. En este caso extrajudicial, cuando el resultado sea positivo, lo razonable es que se efectúe un reconocimiento voluntario sin necesidad de acudir a un proceso contencioso.

Cada caso es diferente y los casos de paternidad, filiación y reconocimiento de hijos debemos de ser prudentes y actuar adecuadamente. Para el caso de que no exista reconocimiento de un hijo, no existirá ningún derecho ni obligación entre ellos, es algo evidente. Pero desde el momento en el que se reconoce la paternidad y filiación de un hijo, existe un vínculo del que se derivan derecho y obligaciones paternofiliales.

Este proceso podrá ser regulado amistosamente o en un juicio contencioso para regular las medidas de la vida del hijo con cada uno de sus progenitores.

Los niños tienen derecho a una infancia feliz. Es cierto que cuando hay discordia entre los progenitores no es fácil ponerse de acuerdo. Pero por responsabilidad, lo justo es que todo niño tenga su reconocimiento de paternidad al igual que se conoce y reconoce cuál es su madre.

Después puede ser complejo llegar a entendimientos, pero eso será algo que siempre merecerá la pena tratar de consensuar, pues todo hijo debe de tener la oportunidad de saber quien es su padre y poder tener relación con él, pues el no saber quien es realmente nuestro padre puede ser algo injusto e incluso traumático para un hijo.

En resumen, en los casos en los que existen dudas, lo mejor es facilitar hacer las cosas bien y reconocer legalmente la realidad genética, para después, en base a esa situación de punto de partida, organizar la vida del niño y sus vínculos familiares.

No quiero celebrar la comunión de mis hijos con mi ex marido o ex mujer

En estos casos hay que utilizar el sentido común y entender que lo importa es que nuestro hijo o hija pueda disfrutar de su comunión. Ello implica en mayor o menos medida poder disfrutar con naturalidad y en mayor o menor medida de sus familiares de ambos progenitores.

Es cierto que puede ser antinatural una celebración conjunta de la comunión en los casos de padres separados o divorciados que mantienen una muy mala relación, pero ese es el problema, mantener una mala relación, pues será un lastre que se arrastrará a lo largo de la vida de nuestros hijos.

En caso de desacuerdo no será ni el primer ni último caso que se acaba en juicio para decidir en qué parroquia hace la comunión la hija.

Lo primero que hay que hacer es comunicar la decisión que proponemos para la celebración de la comunión y de no existir acuerdo, podemos acudir al proceso de jurisdicción voluntaria que lo resuelva.

Desde el punto de vista de Divorcieitor, consideramos que todo proceso judicial de familia se podría evitar si se potenciara el entendimiento por encima de la confrontación.

No quiero celebrar la comunión de mis hijos con mi ex marido o ex mujer

Para entender mejor qué ocurre en este tipo de situaciones vamos a poner un ejemplo que recientemente ha aparecido en todos los medios de comunicación:

Existe todo tipo de procesos de familia en los que los progenitores discrepan un sinfín de cuestiones relevantes y con sentido de la vida de los hijos comunes. En este caso, que se llegue a discutir la parroquia en la que se celebre la comunión es lamentable, pues muestra la falta de capacidad de entendimiento en beneficio de los hijos comunes en algunas familias divorciadas con hijos.

Los progenitores no han sido capaces de ponerse de acuerdo en qué parroquia tendría lugar la eucaristía de la comunión ya que la madre proponía que la hija común hiciera la comunión y esta tuviera lugar en la parroquia de su ciudad de residencia (que es lo más razonable), petición de la madre a la que el padre inicialmente no dio contestación. La madre trató de obtener contestación del padre, incluso con burofax, pero al parecer no llegó a recibir ningún tipo de contestación afirmativa o negativa.

La madre decidió interponer proceso judicial para que el juez autorizara la comunión de la hija. La sorpresa fue cuando el padre en el Juzgado sí que contesto. Aceptó y estuvo conforme con que realizará la comunión (que suele ser la controversia más común) y respecto a lo que se opuso fue el lugar de celebración, pues proponía que se celebrara en la parroquia de su pueblo.

Lo chocante de esta situación es que dos padres no tengan comunicación para resolver ni la comunión de su hija hasta que no se llega al Juzgad, pero cuando se judicializa, es el momento en el que salen las divergencias hasta tal punto de que ambos padres quieren que su hija celebre la comunión en la parroquia que cada uno prefiere.

En este caso el juez finalmente ha resuelto en favor de la petición de la madre por entender que después de explorar a la hija, tenía una edad y madurez suficiente y mostro su deseo de celebrar la comunión en la parroquia de su localidad.

La pena es que la disputa de los padres haga que una niña de 9 años tenga que acudir al Juzgado y hablar con el juez para “disfrutar” de su comunión. Es totalmente antinatural que una hija tenga que pasar por esta situación y se está dejando de priorizar el bienestar de la hija en el contexto de una disputa entre progenitores que no tiene sentido, pues es mucho mayor el malestar creado que el resultado. Da igual que la hija haga la comunión en una parroquia u otra, lo importante sería que ese día sea feliz para ella y hacerle pasar por el Juzgado acaba siendo un peaje que no merece la pena, con independencia de la decisión del juez.

El sentido común brilla por su ausencia cuando dos progenitores tienen que acudir a que un juez resuelva en qué parroquia hace la comunión sus hijos.

Si alguien piensa que a un juez le preocupa que un niño haga la comunión en sitio u otro, se equivoca, es totalmente irrelevante. Lo que le importa a un juez es que los padres cumplan con su responsabilidad y está es velar por el bien de sus hijos y por tanto si hacen la comunión, que sea un momento especial y feliz para los hijos. Si un menor tiene que argumentar donde quiere hacer la comunión delante de un juez para intentar aclarar aquello en lo que sus padres no se han puesto de acuerdo, cualquier resultado es injusto para el niño.

Es una lástima que con lo valioso es que dos personas tengan un hijo juntos sean capaces de discutir por semejante “chorrada”. El problema es que cuando dos personas deciden formar una familia y tener hijos idealizan la relación desde una versión tan buenista, que es inentendible que después de una separación lleguen a este tipo de situaciones totalmente ridículas e inentendibles.

Si unos padres que emprenden este tipo de acciones judiciales opinaran de esta situación de otras personas, seguramente tenderían a opinar lo que opina cualquier persona con sentido común: Que pena hacer pasar por esto a unos niños. Que mal lo hacen esos padres. Si no son capaces de ponerse de acuerdo ni en la parroquia de la comunión qué pasará cuando exista una controversia con sentido.. etc etc.

La Ley defiende el derecho a la infancia como prioridad, el problema es que en la práctica muchos progenitores tienen puntos de vista diferentes y no son capaces de dejar a un lado sus intereses o preferencias para priorizar el bienestar de los menores.

El proceso para dirimir estas situaciones es eficaz, rápido y barato, se trata de un procedimiento de jurisdicción voluntaria del artículo 156 del Código Civil. Para este proceso es recomendable acudir con abogado y procurador, pero no es imprescindible. La primera comunión es una cuestión que está dentro del ámbito de las decisiones de la patria potestad. La patria potestad, con independencia del sistema de custodia, normalmente pertenece a ambos progenitores pues es la capacidad de decisión de las cuestiones esenciales de la vida de los menores.

El Tribunal Constitucional en su sentencia de 57/2023 de 20 de febrero dice que no es necesario ningún informe técnico para acceder a la exploración de la menor cuando se considera que ésta tiene suficiente juicio y madurez como es el caso.

La Sentencia, de fecha 17 de diciembre de 2013, dictada por la Sala 1.ª del Tribunal Supremo que refiriéndose a la patria potestad establece que

 «Este ejercicio (patria potestad) supone que las decisiones importantes relativas a los menores serán adoptadas por ambos progenitores de mutuo acuerdo, y en caso de discrepancia resolverá el juzgado conforme al trámite previsto en el artículo 156 del Código Civil. A título indicativo son decisiones incluidas en el ámbito de la patria potestad las relativas a las siguientes cuestiones:

a) …

d) Celebraciones sociales y religiosas de relevancia (bautismo, primera comunión y similares en otras religiones).

Ocurre lo mismo que con padres separados cumpleaños del hijo, cumpleaños de los padres, bautizos, graduaciones.. etc. Todo debe de girar en torno al superior interés de los menores por encima de los deseos, pertenencias o intereses de los padres.

Mi ex pareja me insulta delante de mis hijos

Si su ex le insulta delante de sus hijos concurren dos cosas muy graves, el insulto y la presencia de los niños.

Para empezar, debemos de mostrar intolerancia y resistencia a permitir que nuestra expareja y padre o madre de los hijos nos hable mal, pero si directamente es un insulto, no debemos de tolerar esa ofensa, pues puede ir a más.

Que el padre o madre de nuestros hijos nos insulte delante de ellos supone que no nos guarda respeto a nosotros, pues nos agrede sentimentalmente, pero tampoco guarda el respeto a los hijos, pues es una grave ofensa para los niños que se insulte al otro progenitor en su presencia.

Esa doble falta de respeto puede incluso llegar a ser delito si los insultos sobrepasan el límite de lo permisible y pasan a ser especialmente degradantes y ofensivos.

Los hijos no deben de ser testigos de relaciones disfuncionales ni ofensas entre los progenitores, pues ello provocará un efecto nocivo en su infancia y salud mental. Es muy grave, pues pueden normalizar que sea algo normal o permisible insultar a nuestra pareja e incluso puede ser que acaben imitando esos comportamientos o tomando partido en favor o en contra en ciertas situaciones enocontradas.

Si te insulta tu pareja delante de los hijos debes de transmitirle y pedirle con educación que deje de hacerlo, nunca debes de entrar en una discusión cruzada de insultos, pues en ese caso ninguno de los dos padres mantendrá una postura razón y comenzaremos una dinámica de ataques y enfrentamientos mutuos.

Mi ex me insulta delante de mis hijos
¿Qué puedo hacer?

Mi ex me insulta delante de mis hijos

Si tu expareja te insulta no puedes contestar con otro insulto más aún si sucede delante de los hijos, pues la relación se iría degradando y una vez hubieran perdido ambos la educación, probablemente sentiría que le ganaría en los insultos, por experiencia, pero los que perderían serían los niños como espectadores de un espectáculo dantesco y totalmente innecesario. La falta de respeto es acumulativa y existen puntos de no retorno, a medida en la que sube la tensión se va deteriorando la relación y hay que saber repeler los ataques e insultos y no entrar en provocaciones, menos aún delante de los hijos.

Opinión de cliente a Divorcieitor.

Cuando una persona tiene en consideración cuanto cuesta una separación de mutuo acuerdo sólo piensa en lo económico. Pero el divorcio sólo se tramita una vez en la relación familiar, no es importante si nos cobran un poco más o menos, lo importante es que se mantenga en la medida de lo posible una relación cordial entre los progenitores, pues es su responsabilidad.

El carácter amistoso de un divorcio permite que la relación entre padres sea lo más cordial posible, hay que tratar de evitar la tensión que tenga como consecuencia que nuestra expareja nos insulte delate de nuestros hijos, pues es algo muy grave y que nunca debemos de justificar. Debemos de poner de nuestra parte todo lo posible para fomentar un ambiente que no sea hostil en el que no encajen los insultos y descalificaciones. Por ello, el comportamiento de nuestra expareja no depende directamente de nosotros, pero indirectamente sí que lo podremos mejorar de no entrar en acción y reacción en cadena de comportamientos de enfrentamiento.

Me pueden quitar a mi hijo por depresión

No pueden quitarle a sus hijos por padecer una depresión, salvo que se pueda acreditar que es impeditiva para ejercer el cuidado de los hijos o peligrosa para estos.

Las enfermedades de salud mental y depresiones cada vez son más visibles en la sociedad y por ello muchas familias tienen uno o incluso varios miembros atravesando una depresión.

Habrá que analizar caso por caso, pero en la gran mayoría de los casos, salvo que sea especialmente grave o perjudicial para los niños, no será ningún motivo para quitar a los hijos.

Cuestión diferente es que para la atribución de la custodia de los hijos por tener alguno depresión se considere que el otro está en mejor disposición de ofrecer un proyecto beneficio para los menores. Como norma general, el ordenamiento jurídico favorece la máxima relación entre los hijos y los progenitores en procesos de familia.

Me pueden quitar a mi hijo por depresión

El problema es tener una depresión y no seguir el tratamiento que corresponda. Eso sí que puede ser un problema. Pero en el 50% de las separaciones alguno de los miembros de la pareja tiene depresión y ello no supone ningún impedimento ni motivo de preocupación de que vayan a quitarle los hijos.

Los progenitores deben de ofrecer la mejor versión de sí mismos en su separación para ofrecer el mejor proyecto sentimental posible.

Existen estudios que revelan que en muchos casos se detecta que el divorcio ha provocado la depresión de los esposos, pero en ocasiones es al revés en muchos casos, por la depresión se entro en un ritmo de vida que acabo condicionando el divorcio.

La incomprensión de la depresión puede aumentar el agobio y la ansiedad. Si la gravedad aumenta hasta el punto de que sintamos que podemos perder a nuestros hijos, la depresión puede descontrolarse por sentir una gran angustia. Consulte a un abogado de su confianza y cuéntele la realidad e su caso con toda la franqueza para que pueda contestarle y confirmarme la regulación concreta aplicable a su caso de separación o divorcio.

Pero a pesar de ello, reiteramos, para su tranquilidad, la depresión en si misma como concepto general no es un motivo para quitar custodias, salvo que sea muy grave o lesiva para los niños. Es por ello que los hijos necesitan a sus progenitores, padres y madres, y la depresión se puede superar con apoyo, ayuda y voluntad.

Antes de divorciarse lee esto y no sientas mas presión de la que ya existe en toda ruptura. Todo padre y madre tiene derecho y obligación de cuidar y acompañar en la crianza y educación de los hijos, les damos mucho ánimo para fortalecerse y superar poco o poco la depresión que puedan estar atravesando, pues no es fácil, pero teniendo niños merece mucho la pena.

Mi hijo me culpa del divorcio

Un hijo no debe de culpar a ninguno de sus progenitores de su divorcio, pues de hacerlo existirá un distorsión en la relación paternofilial.

Los hijos deben de mantenerse totalmente aparte de la ruptura de sus padres. A pesar de ello, eso dependerá de la actitud de ambos padres. Cuando un hijo siente que alguno de los cónyuges tiene la culpa en muchos casos está condicionada por la influencia del otro progenitor o de una relación o percepción disfuncional de la relación con sus padre.

Nuestro mejor consejo, antes de divorciarse lee esto y asesórate correctamente pues de no ser así, se corre el riesgo del desarrollo del roles anómalos de padre e hijos.

Mi hijo me culpa del divorcio

Muchas personas después de la ruptura manifiestan frases como me molesta el hijo de mi pareja o asimiladas en las que el motivo del malestar es que el hijo de la nueva pareja supone un lastre en la relación, en ocasiones, no es el progenitor o progenitora, sino su nueva pareja la que distorsiona la relación.

En derecho de familia no debería de utilizarse la palabra culpabilidad. Cuando la culpabilidad la utiliza un hijo pequeño hay que entender que no lo hace con mala intención, sino que no tiene la madurez suficiente y es por ello que no hay que enfrentarse al hijo, sino tratar de ayudarle a superar el drama de la ruptura. Buscar el origen, reforzar sus ideas en positivo y si es necesario, buscar ayuda de psicólogos.

Una separación sana requiere comportamientos sanos y los progenitores por responsabilidad deben de cuidar de sus hijos y ello incluye no atacar la figura del otro progenitor pues en definitiva es el padre o madre de nuestro hijo. En caso de que existan problemas de relación entre hijo y padre o madre, el otro progenitor no debe de ser un espectador sino una de las partes que deben de colaborar y trabajar en favor de mejorar la relación paternofilial.

Divorcieitor.

Matrimonio tóxico con hijos

Un matrimonio tóxico con hijos puede ser un foco de conflictos para todos los miembros de la familia.

Las relaciones familiares tóxicas son el caldo de cultivo de comportamientos disfuncionales en todos los miembros de la familia tanto hacia dentro, como hacia fuera.

Cuando los cónyuges se tratan mal y tienen un matrimonio basado en valores o comportamientos inadecuados, suelen expandir los efectos a todos los miembros de la familia de manera que no sólo afecta a su relación, sino que en en un matrimonio tóxico con hijos los mayores afectados son los niños

Ser hijo en un hogar tóxico en un verdadero trauma. Es un drama sentir que como niños formamos parte de una familia que no se trata bien, que pierde las formas y que no se quiere en base a relaciones estables de cariño, amor y respeto, sino todo lo contrario.

En ocasiones los matrimonios tóxicos sí que se quieren, pues muchos de ellos en ocasiones tienen fases de idealización en la que parece que son una pareja perfecta, pero no compensa con otros comportamientos tóxicos.

Matrimonio tóxico

En este contexto es inevitable pensar si se quiere mantener el matrimonio a sabiendas de que consideramos de que cuanto menos en parte es tóxico, o deseamos cambiar de vida y que con la ruptura pasemos a una separación o divorcio. Por eso, antes de divorciarse lee esto y piensa en qué quieres para tu vida y la de tu hijo y si es saludable la vida que tienes y cuál quieres.

En ocasiones tenemos parte de la culpa de que el matrimonio sea tóxico. Si eso fuera así, aunque sea una pequeña parte, pero entendemos que es así, también tenemos y contamos con una parte de la solución.

Si tenemos un matrimonio tóxico con hijos y lo dejamos y nos divorciamos pero por el motivo que sea, pasamos a comenzar otro matrimonio tóxico, tal vez el divorcio no sea la solución, sino que la mejor alternativa sería recibir apoyo profesional por parte de psicólogos y terapeutas de pareja que ojalá puedan salvar el matrimonio.

Un matrimonio tóxico se construye, pero la parte tóxica también se puede destruir para construir en su lugar relaciones saludables. Un matrimonio tóxico no se construye de un día para otro. Un matrimonio saludable que lo reemplace menos. Es un esfuerzo del día a día de pequeños y grandes pasos que remplacen la falta de respeto y consideración por educación, empatía y compromiso generoso.

Divorcieitor

No soy feliz con mi pareja pero tengo hijos

Cuando una pareja no es feliz y tiene hijos debe de tomar la difícil decisión de seguir juntos o separarse. Pero en ambos casos deben de cumplir con sus responsabilidades paternofiliales.

La felicidad es subjetiva, de manera que en una misma pareja cada uno de sus miembros puede sentirse de manera muy diferente. También es verdad que no podemos idealizar la idea de felicidad moderna en la que todo debe de estar perfecto, pues cualquier relación no está exenta de dificultades y mejores y peores momentos.

Una relación de pareja se inicia por así desearlo ambos miembros, pero se termina cuando alguno así lo decide. La pareja nunca puede ser la prisión en la que se sienta encerrada una persona entre la espada y la pared de la disyuntiva de ser padre o madre o decidir terminar la relación, pues ambas cosas siempre son comparable.

No soy feliz en pareja pero tengo hijos

No soy feliz con mi matrimonio pero tenemos hijos

Un matrimonio es un vínculo familiar en el que los cónyuges se han comprometido en función de una relación de amor y confianza. Esta decisión no tiene necesariamente que ser para siempre, pero cuando se tienen hijos sí que se trata de una relación para toda la vida.

Es por ello que no debemos de mezclar nuestra felicidad individual con nuestro proyecto familiar. Podemos ser felices juntos o separados, pero padres y madres seremos con independencia de nuestro estado civil o vinculación sentimental.

Antes de divorciarse lee esto para saber cómo actuar y sobre todo tomar la mejor decisión para la familia en general, para el padre, madre y sobre todo los hijos para que seguir casados o la ruptura sea lo menos perjudicial para ellos.

Hay personas que ante la idea de divorciarse sienten: Si me separo no tengo dónde ir. Puede ser cierto en parte, la vida no es fácil, pero siempre existirá una solución que permita que cada persona pueda tomar sus decisiones libres, pues en eso consiste la efectividad de los derechos.

Divorcio con hijos mujer no trabaja

En los divorcios con hijos menores en los que la mujer no trabaja existirán dos consecuencias:

  • La madre tiene tiempo para atender a los hijos.
  • La madre no tiene capacidad económica para costear las necesidades de los hijos.

Hay que estudiar cada situación familiar de manera independiente. En cada situación incidirá de una manera diferente el hecho de que exista un matrimonio o pareja que se separa con hijos comunes y que la madre no trabaja.

Habrá que valorar de entre otras cosas:

  • Los acuerdos previos de los progenitores en relación a los cuidados de los hijos.
  • Los cuidados que en la práctica se hayan realizado.
  • La temporalidad del desempleo de la madre.
  • Que existan, o no otros ingresos.
  • Las necesidades específicas de los hijos.

Divorcio con hijos quien se queda con la casa

En un divorcio con hijos menores, la preferencia para atribuir el derecho de uso y disfrute del domicilio familiar es del hijo común junto al progenitor custodio.

Por ello, antes de determinar a qué progenitor se le atribuye el derecho de uso de la casa, se deberá de determinar cuál de los padres es el custodio.

Existe la posibilidad de establecer un uso compartido del domicilio en custodias compartidas, lo que se suele conocer coloquialmente como «casa nido», pero suele ser complicado de gestionar para el caso de que los progenitores no sean razonables.

Divorcio con hijos en España

En un divorcio con hijos menores en España intervendrá el Ministerio Fiscal y no podrá tramitarse ante notario, sino que la tramitación deberá ser necesariamente judicial, ya sea en el cauce amistoso o contencioso.

En un divorcio con hijos menores la prioridad es el bienestar de los niños, pues son como se suele decir en términos jurídicos, el bien más digno de protección.

Un divorcio con hijos en España de mutuo acuerdo es muy sencillo, pero por lo contencioso se complica exponencialmente, tanto en costes, plazos como trámites.

Además, los hijos son los perjudicados de la tensión y de la judicialización de las relaciones familiares.

Divorcio con hijos pensión

En un divorcio con hijos menores de edad o mayores no independientes económicamente se deberán de fijar medidas para mantener y costear las necesidades de los hijos.

En una custodia monoparental, ya sea materna o paterna, siempre se deberá establecer pensión de alimentos. En ocasiones, por ejemplo ante una custodia paterna cuando la madre no trabaja ni tiene ingresos, no impedirá que en cualquier caso se establezca una pensión de alimentos a cargo del progenitor no custodio, en este caso la madre. Se deberá de modular conforme la capacidad del progenitor no custodio, las necesidades del hijo y tener en cuenta la capacidad económica del progenitor custodio.

En una custodia compartida puede no establecerse pensión de alimentos habida cuenta de que están los hijos con amos progenitores en periodos asimilados de tiempo. A pesar de ello, también se puede fijar pensión de alimentos a cago de ambos progenitores incluso en cuantía diferente en atención, en su caso, de diferentes capacidades económicas de los progenitores.

Divorcio con hijos en España
Divorcio con hijos mujer que no trabaja

Divorcio con hijos custodia compartida

La custodia compartida es el sistema ideal de cuidado de los hijos en caso de separaciones y divorcios.

¿Por qué? Por suponer un reparto equivalente del tiempo de cuidado de los progenitores, lo que permite que ambos se puedan dedicar a los hijos y cuidarlos, pues no se trata únicamente de un derecho de los padres, sino también un derecho de los hijos.

La custodia compartida además es el sistema preferente de custodia en España.

De mutuo acuerdo, ambos progenitores pactarán el que consideren que es el mejor sistema de custodia para los hijos, lo que será aprobado por el Juzgado con el visto bueno del Fiscal, a no ser que la regulación se considere perjudicial para los menores.

En cambio, en los procesos de divorcio contenciosos será el juez el que valore las circunstancias familiares y que reiteramos, establecerá preferentemente la custodia compartida, salvo que alguno de los esposos no se considere idóneo para el cuidado de los niños.

Las preguntas frecuentes en un juicio de custodia irán encaminadas a detectar situaciones que puedan llevar al convencimiento al juez de que los progenitores son idóneos. No tienen que ser perfectos, pero si cumplir unos requisitos mínimos.

 

Divorcio con hijos en España

El divorcio con hijos en España se puede gestionarse de mutuo acuerdo o por vía contenciosa. En el caso de que los hijos sean menores, el proceso sólo se podrá deberá de tramitar en el Juzagdo. Para el caso de que no existan hijos menores, de mutuo acuerdo se puede gestionar tanto en el Juzgado con en el notario.

Divorcio con hijos custodia

Respecto de los hijos menores de edad, en los procesos de familia se deberá de regulador el tipo de custodia, pues es el punto de partida a partir del cual se construirá el resto de regulación.

Lo más importante para proteger a unos niños es que la custodia no sea la que quieren los padres, sino la que necesitan los hijos.

¿Cómo llevar un divorcio con hijos pequeños?

Para llevar adecuadamente un proceso de divorcio con hijos pequeños debemos de partir de dos premisas, en primer lugar el de la responsabilidad y en segundo lugar el del respeto.

Podemos tomar las decisiones sentimentales que consideremos más convenientes, pues nos afectan y dependen de nuestra propia voluntad puesta en común con el otro miembro de la pareja.

A pesar de ello, cuando se tienen hijos pequeños la prioridad no puede ser uno mismo, sino que por responsabilidad debe de estar aquello que sea mejor para los niños.

Divorciarse con hijos

Divorciarse con hijos no es algo bueno ni malo, simplemente una situación que se produce y que se debe de gestionar de manera diligente.

Los hijos no necesitan que sus progenitores estén juntos, lo que necesitan es que les den el lugar que merecen en sus vidas y le permitan desarrollar la infancia que todo hijo merece sin injerencia de las posibles controversias de sus padres.

Divorcio con hijos pensión

En un divorcio con hijos en primer término, como ya hemos indicado, se deberá de determinar el tipo de custodia y en función de la misma se deberá establecer dos cuestiones muy importantes de la regulación paternofilial, entre otras. El derecho de visitas y la pensión de alimentos.

En ocasiones, en un custodia compartida se puede no fijar importe de pensión de alimentos.

A pesar de ello, tanto en custodia de madre como de padre e incluso si así se considera conveniente en una custodia compartida, se establecerá una pensión de alimentos que irá destinada a cubrir las necesidades esenciales de los hijos comunes: Alimentación, vestuario, higiene y educación.

Divorcio con hijos mujer que no trabaja

En un divorcio con hijos, cuando la mujer no trabaja se deberá de adaptar la regulación, al igual que si el progenitor que no trabajara fuera el padre. Tradicionalmente la madre es la que se quedaba en la casa con las tareas del hogar y cuidados de los niños, de manera que en separaciones y divorcios se producía la dinámica familiar de que los hijos habían estado cuidado mayormente cuidados por la madre, pero esta no tenía ni trabajo ni ingresos.

Divorcio y separación de ama de casa derechos y obligaciones

Esto afortunadamente ha cambiado y con el acceso de la mujer al mercado laboral se esta equilibrando e igualando.

En los casos en los que la mujer no trabaja y exista un desequilibrio económico que reúna los requisitos establecidos en el artículo 97 del Código Civil.

No hay que confundir el derecho y obligación de pago de pensión de alimentos entre cónyuges de la pensión de alimentos para sustentar las necesidades de los hijos.

En los divorcios en los que la madre (al igual que si fuera en el caso del padre) la pensión deberá de modularse en función de las demás circunstancias familiares, necesidades de los hijos y posibilidades del otro progenitor.

Divorcio con hijos  pequeños y vivienda hipotecada

El divorcio con hijos y vivienda hipotecada requiera un análisis pormenorizado de la situación familiar. Por un lado, la atribución del derecho de uso de la vivienda se deberá de acordar conforme las necesidades familiares, siendo la preferente la de cubrir las necesidades de los hijos pequeños. Es por ello que el derecho de uso en primer término se atribuirá al progenitor custodio y los hijos comunes conjuntamente.

Ahora bien, si la vivienda está hipotecada, salvo pacto en contrario, los propietarios deberán de abonar los gastos de hipoteca en proporción a su porcentaje de propiedad.

Es por ello que si la propiedad es de uno de los esposos, ese deberá de satisfacer la hipoteca. Si es una propiedad de ambos cónyuges por mitades u otra proporción, se deberá de abonar en dicho porcentaje.

Todo ello, con independencia de la atribución del derecho de uso del inmueble.

Divorcio con hijos y vivienda hipotecada
Divorcio con hijos en España

Separación con hijos pequeños

En una separación con hijos pequeños deberemos de separar los problemas de pareja de aquellas medidas preferentes que habrá que resolver

Separación con hijos sin estar casados

En familias que no están casados y tienen hijos menores, el proceso será muy similar al de una separación matrimonial con hijos. El nombre de dicho proceso es de medidas paternofiliales.

Cada vez son más las familias que no han contraído matrimonio, pero ello no impide que los hijos no tengan los mismos derechos respecto de ambos padres y viceversa.

Separarse con hijos adolescentes

Merece mención especial las familias que se separan con hijos adolescentes, pues es un momento tan delicado, como se suele denominar, la edad del pavo, que ya de por si sólo es complicado y que en una ruptura de no gestionarse adecuadamente, podría generar inestabilidad para todos los miembros de la pareja, pero muy especialmente para los niños, especialmente de ser hijos adolescentes.