Instrumentalización de los hijos y divorcio

Instrumentalización de hijos

Instrumentalización de los hijos y divorcio:

Por desgracia, la mayor parte de las separaciones hoy en día, parecen responder a “crónicas anunciadas”, que de una u otra manera atraviesan las siguientes etapas:

  1. Conflicto de pareja
  2. Convivencia conflictiva. Situación de estancamiento
  3. Separación física y divorcio
  4. Reorganización de la situación

La trascendencia de la decisión de separarse o divorciarse es tal, que resulta imprescindible dedicar el tiempo necesario a reflexionar sobre el tema y así estar convencid@s a la hora de dar ese paso tan complicado.  Muy en contra de lo que piensa la mayoría, lo verdaderamente difícil comienza a partir de ese momento, en el que inevitablemente seremos sacudidos por un terremoto emocional que conseguirá tambalear todos los cimientos de nuestra vida.

Los expertos aseguran que de amor no se muere, que todos, incluso en las peores condiciones somos capaces superar una ruptura sentimental.

Sin embargo, pese a que nuestra vida está llena de pérdidas y separaciones, cada vez que llega uno de esos momentos, parecemos no estar preparados para afrontarlo.

Tradicionalmente, las PÉRDIDAS se pueden agrupar en 5 bloques:

1. Pérdida de la vida: La temida muerte

2. Pérdidas de aspectos de sí mismo: Salud, capacidades, autoestima…

3. Pérdidas materiales: Trabajo, situación económica…

4. Pérdidas emocionales: Ruptura de pareja o amistades

5. Pérdidas ligadas con el desarrollo: El paso por las distintas etapas o edades, infancia, adolescencia, juventud, menopausia, vejez, etc.

El duelo es imprescindible:

Aunque habitualmente lo asociemos a la muerte, siempre que acontece alguna de las pérdidas mencionadas con anterioridad, debe darse el proceso de DUELO.

Por lo tanto debemos considerar cada una de estas “separaciones” que nos ofrece la vida, como una oportunidad para recordarnos el carácter provisional de todo vínculo, ya sea material o emocional.

Hoy nos centraremos en las pérdidas emocionales, ya que la ruptura de pareja es una de los duelos más complicados de superar, porque a diferencia de la muerte, la persona no desaparece.

La bibliografía califica el duelo como un PROCESO que consta de 4 ETAPAS:

Fase de shock

Fase de incredulidad y desconcierto, que usamos como mecanismo protector y nos concede a las personas tiempo para abordar la nueva situación.

Hay quienes actúan como si nada hubiera sucedido o quienes se paralizan y permanecen inmóviles.

Las emociones predominantes son el dolor y la pena.

Fase de anhelo o añoranza:

Marcada por la urgencia de encontrar, recobrar y reunirse con la otra parte.

La persona puede aparecer inquieta e irritable.

Fase de desorganización:

Es el momento en el que se toma verdadera conciencia de que la otra persona no volverá.

Caracterizada por la desesperación, apatía, tristeza y desinterés.

Fase de reorganización:

La persona comienza a diseñar nuevos patrones de vida y establecer nuevos vínculos.

Es importante reseñar que no todo el mundo tiene que pasar por todos estas etapas, ya que en cada separación intervienen factores muy diversos, pero también es cierto que la forma de afrontar este proceso vendrá condicionada por la propia personalidad del individuo, el apoyo social/familiar con el que cuente y por su capacidad para ilusionarse con nuevos proyectos.

“NO LLORES PORQUE TERMINÓ, SONRÍE PORQUE SUCEDIÓ”

Consecuencias de un duelo patológico:

Educación como prevención

En primer lugar, queremos enfatizar la necesidad de elaborar un DUELO SANO tras una ruptura/divorcio, ya que de no hacerlo las consecuencias emocionales perdurarán en nosotros toda la vida, y en caso de tener hijos en común, el progenitor inmerso en un duelo patológico inevitablemente INSTRUMENTALIZARÁ a los niñ@s para llegar a su expareja, convirtiéndose éstos una vez más, en las víctimas inocentes del divorcio.

El concepto de “Instrumentalizar al menor”, surge por primera vez en 1985 bajo el nombre de “Síndrome de Alienación Parental (S.A.P.)”, y responde a un conflicto de lealtades del hijo hacia los progenitores que tiene su base en la forma en que éste se posiciona ante la ruptura de sus padres.

Separaciones conflictivas o violentas en las que la comunicación entre partes no es viable, la falta de coordinación entre los padres, el incumplimiento del régimen de visitas, suelen propiciar en alguno de los progenitores la imperiosa necesidad de manifestar su postura, opinión o defensa frente al otro, y por desgracia la única manera de hacerlo es convirtiendo al hij@ en el interlocutor de un mensaje (ya sea verbal o no verbal), que como adultos y durante su relación de pareja no tuvieron la capacidad de expresarse o solucionar.

Debemos aclarar que cuando la separación se produce de mutuo acuerdo el riesgo de instrumentalización disminuye, sin embargo, si la decisión proviene unilateralmente de una de las partes, la nueva situación suele convertirse en una auténtica lucha de poder, en la que además de cargar a los menores con una responsabilidad que en ningún caso les compete, no hace sino alimentar en ellos los temores, ansiedad y culpa, expresándolo inevitablemente a través de su “rendimiento y/o salud”.

Expertos en la materia aseveran que la instrumentalización, en mayor o menor medida, está presente en el 90% de los casos de divorcios.

Lo más habitual es que el hij@ rechace ir con el progenitor no custodio por la influencia y manipulación (ya sea implícita o explícita), que ejerce contra éste el progenitor custodio.

Aunque es un tema en el convendría ahondar con profundidad, el objetivo de este artículo sólo es conseguir que reflexionemos y seamos capaces de identificar si, de forma voluntaria o involuntaria, estamos utilizando a nuestros hijos como intermediarios en la resolución de conflictos abiertos con nuestra expareja.  

Manera de instrumentalizar a los hijos:

Las formas más habituales de llevar a cabo la instrumentalización son:

  • Indisponer al niño con comentarios negativos contra el otro padre.
  • Transmitir información al menor que puede enturbiar al otro progenitor.
  • Trasladar al niño la decisión de visitar al otro progenitor.
  • Hacer que el niño se sienta culpable por querer estar con el otro padre.
  • Utilizar el fuerte vínculo con el hijo para debilitar el vínculo con el otro progenitor.
  • Castigar al niño emocionalmente cuando expresa sentimientos positivos hacia el otro.

Consecuencias de la instrumentalización:

Instrumentalizar conlleva que los menores adopten un papel que en ningún caso les competen y sin duda les pasará factura a largo plazo. Los roles más habituales son:

1. El niño hipermaduro: Desmitificar las figuras de padres desde pequeños, hace que muchos niños aparenten tener una madurez superior a la de su edad.

2. El niño espía: Utilizarlo para averiguar detalles de la ex pareja.

3. El niño invisible: Cuando es ignorado por uno de los progenitores

4. El niño dividido: Después de separados algunos padres sienten la necesidad de negar la existencia del otro. Muchos aprenden a llevar una doble vida, saben que cuando están con uno, no deben existir signos o muestras de la relación con el otro. Esta situación les fuerza a vivir una “doble vida”.

5. El niño mensajero: Recurren al hijo para comunicarse entre ellos (pensiones, vestuario, horarios de recogida, vacaciones…)

6. El niño colchón: El niño minimiza o amortigua el conflicto entre los padres, soportando descalificaciones y desvalorizaciones de uno contra el otro.

7. El niño edredón: El niño trata de proteger al padre “más débil”.

8. El niño confidente: Hay padres que comentan su insatisfacción y malestar a uno de los hijos con respecto al otro progenitor, ya sea por dañar la imagen del otro o por buscar en ellos apoyo emocional.

7. El niño víctima del sacrificio de su madre/padre. A los niños se les hace sentir que son una carga (“con lo que yo he hecho por ti…”)

Conclusión:

Los hijos sólo necesitan AMOR, no padres que les dañen hablando mal del otro. Cuando ellos crezcan y tengan conciencia de los hechos, podrán juzgar por sí mismos, pero ni se te ocurra arruinar su inocencia por egoísmo.

Si de alguna forma, te has visto reflejado en las situaciones descritas, ten claro que sólo está en tu mano cambiarlas, y una mejor actitud  entre ambos repercutirá exponencialmente en la felicidad de vuestr@s hij@s.

“El verdadero AMOR se da cuando la FELICIDAD de tus hij@s es más importante que la tuya propia”

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