Síndrome de Estocolmo en pareja y divorcio:

El síndrome de Estocolmo en pareja supone un verdadero maltrato crónico y enfermizo de un hombre o mujer por parte de su pareja sentimental con tolerancia a la intimidación, infidelidad, abuso sexual y maltrato físico y psicológico.

Se conoce popularmente por ser padecido por personas que han sido secuestradas, creando una relación de dependencia y sumisión con sus secuestradores, a pesar de lo cual, puede extrapolarse a la relación de pareja y matrimonio.

En estos casos la persona que sufre el síndrome considera que su pareja sentimental no actúa adecuadamente pero lo justifican por entender que es por su bien, por amor o por necesidad dadas las circunstancias. Cuenta con las siguientes fases:

  1. Fase de conflicto y agresión inicial: Primeros signos de maltrato físico o psíquico, la víctima considera que es una situación puntual que no se reiterará.
  2. Fase de agresión intensa: La violencia se repite con mayor frecuencia y se intensifica, la víctima, siente gran temor y opta callar por vergüenza, se siente perdido.
  3. Fase de aceptación de la agresión: La víctima asume el maltrato. Se adapta a la exigencias del maltratador buscando no recibir un nuevo nuevo acto de violencia o desaprobación.
  4. Fase de adaptación a la agresión: Se acostumbra a la situación, tiene la percepción que sus problemas son fortuitos. Su comportamiento es visto por los demás como el de una persona inestable que justifica al agresor que da la imagen de una persona normal.
Divorcio y Síndrome de Estocolmo

Frente a la agresión la víctima reacciona por supervivencia adaptando su forma de ser y pensar hacia un sentimiento positivo y permitiendo que la relación pueda perdurar en el tiempo.

Síndrome de Estocolmo en pareja:

¿Cómo se desarrolla el síndrome de Estocolmo en pareja?

Con el paso del tiempo se llega a ver el mundo desde los ojos del agresor al que se defiende y justifica anulando la personalidad y capacidad de pensar por uno mismo.

El agresor limita y aísla a su víctima con un trato peyorativo con frases similares a «esto es por tu culpa», «yo no quería hacerlo»… etc.

Se crea una relación compleja en la que la víctima llega a sentirse enamorada o seducida antinaturalmente por su agresor.

Son hombres y mujeres ‘secuestrados’ en una relación desde un punto de vista metafórico en la que padecen maltrato de todo tipo sin ser capaces de ver la realidad, lo que les lleva a no querer el divorcio o la separación de su pareja, no son felices pero se han acostumbrado a la infelicidad y les parece lo «normal» por lo que es muy difícil la toma de decisión, pues cuando el agresor aprecia signos de que su presa se le «revela» intensifican aún mas la agresión, utilizando todo lo que sea necesario (hijos comunes, familiares, trabajo, entorno, frases como «ahora no me falles», amenazas de hacer algo si se atreve a dejarle.. etc ).

Síndrome de Estocolmo

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