Me separo o aguanto

No aguanto más a mi pareja:

¿Me separo o aguanto?

Aguantar o separarme o divorciarme
¿Me separo o aguanto?

Así sonaba el estribillo con el que saltó a la fama el grupo español “Ella Baila Sola” en los años 90. En una canción en la que se preguntaban qué hacer cuando uno nota que el vínculo con nuestra pareja cambia y ya no es lo que era. Hacemos referencia a esta canción, porque por desgracia su letra es fiel reflejo de la realidad que viven una gran parte de las parejas y matrimonios.

Está claro que cuando la idea de “me quiero separar” o “quiero dejar la relación” pasa por la cabeza, es algo que no surge de la nada.

Sin embargo, toda ruptura conlleva inherentemente dolor (algo que el ser humano no toleramos bien) y éste es capaz de alimentar en nosotros emociones tan paralizantes como la culpa, el miedo, el fracaso, la duda, la frustración que pueden llegar a impedirnos hacer frente al momento del corte.

Decidimos entonces “estirar esa situación crítica” todo lo posible, bien sea por costumbre, dependencia, o bajo el cobarde pensamiento de “sigo por no hacer daño al otro o porque el otro me dice que no le hace daño seguir así” o lo que es peor por no hacer sufrir a mis hij@s”.

Si lo vemos desde el prisma correcto, precisamente porque queremos bien al otro, porque le respetamos y queremos evitar su sufrimiento, deberíamos armarnos de valor para dejarle marchar y que pueda encontrar a quien le corresponda y le de la felicidad que merece. Camuflar una relación que no funciona como una crisis pasajera, conlleva un desgaste que tarde o temprano acabará pasándonos factura de una u otra forma, y a la larga siempre acarrea mayor dolor para esa otra persona a la que “no queremos hacer daño”.

Confluyen el valor de tomar o no tomar la decisión de la ruptura sentimental, el dolor que tanto tomar como no tomar la decisión conlleva y además el amor que sentimos hacia nuestra actual pareja y el que queremos vivir con ella, o sin ella.

No aguanto más a mi pareja. ¿Me separo o aguanto?

¿Me separo o aguanto?

Analizar relación de pareja

El detenerse a analizar la propia relación con una pareja puede conducir a una mejora sustancial en el vínculo, pero también puede significar el inicio del camino a una inevitable separación.

Por eso muchas veces eludimos el momento y sólo nos dejamos llevar por el día a día, sin darnos cuenta de que las hojas del calendario van pasando… No hay una fórmula exacta para saber si vale la pena pelear por una relación de pareja que se encuentra en crisis; lo esencial es poder discernir como ésta afecta a nuestro bienestar emocional, y si eso nos llena plenamente.

A todos nos encanta que nos tachen de valientes, pero… ¿realmente lo somos? Si nos resulta complicado dar este paso ahora, ¿por qué nos va a resultar más sencillo darlo más adelante?

Resulta paradójico, ya que a la larga habrá más vivencias de por medio y menos tiempo para encontrar la persona que nos corresponde si ésta ha de llegar.

Posponer sólo empeora la situación y debemos tener claro, que ninguno de los escenarios en los que nos encontremos, nos asegurará que se trata del paso correcto.

Separarme o aguantar mi matrimonio

Estadísticas de matrimonios y divorcios en España:

Estadísticas matrimonios y divorcios

Si echamos un vistazo a las estadísticas, los datos son escalofriantes… Matrimonios, divorcios y separaciones, reconciliaciones… Según el INE, en España en 2017 se celebraron 173.626 matrimonios, se disolvieron 102.341 y se produjeron 97.960 divorcios.

Ha existido una evolución actual marcada por la pandemia en la que en estos últimos años se han reducido el número de matrimonios y divorcios, pero se espera que suban a partir de 2021 y sobre todo 2022.

Pero sin duda lo más triste, es que los estudios muestran que 2 de cada 4 parejas se queda en la relación por los hijos, y de ellas, 8 de cada 10 se arrepiente de hacerlo.

¿De verdad nos queremos tan poco para vivir a medio gas, con lo maravilloso que es hacerlo con el depósito lleno?.

No me separo por miedo a hacer daño a mis hijos:

Mención aparte merecen todas aquellas personas que afirman “no separarse por miedo a hacer daño a sus hijos”, sin embargo, bajo ese “generoso y protector alegato”, no se esconde más que la cobardía de hacer frente a todas esas emociones que nos impiden sacar fuerza para dar un golpe en la mesa.

Precisamente, por amor a ellos y porque nos pese o no, somos el centro de sus vidas y su ejemplo, debemos de ser conscientes de que para ellos no criarse en un hogar en el que se respira amor pueda tener consecuencias  irreparables en el plano emocional y/o social.

Nadie pone en duda que conscientemente ninguno de nosotros querría enseñar a sus hij@s que la vida es CONFLICTO, SUFRIMIENTO, AGUANTAR indefinidamente, ni que los problemas no se resuelven, sólo se evitan, pero por desgracia, esa es la lección que les regalamos al pretender que crezcan en un hogar sin amor, respeto ni valores adecuados.

Una vez más, al igual que cuando no hay hijos de por medio, tratamos de enmascarar los problemas que existen mediante el socorrido “parche temporal” de alargar la situación, pero no somos conscientes de que realmente lo que estamos es disparando a nuestras parejas o hij@s  un dardo envenenado, cuyos efectos negativos serán mayores a largo plazo.

Consecuencias de la ruptura:

Las rupturas afectivas o conyugales tienen consecuencias evidentes en las vidas de las dos partes pero aceptar que las cosas no son como nos gustaría, no implica conformarse y en nuestra mano está arriesgar y huir del miedo al futuro, a la soledad y a la abrumadora sensación de vacío que creemos que en nosotros se va a instalar.

Debemos tener claro que terminar una relación que no nos llena es el acto más bondadoso que podemos hacer por nuestro corazón y por el de la otra persona.

TODOS merecemos ser felices, y a veces tiene que llegar un punto final para que se abran nuevas oportunidades de ser feliz como deseamos.

Así que si tu pareja te satisface disfruta cada segundo y sino no te conformes…Nunca encontrarás el momento ideal para ponerle fin, y una vez lo hagas, te darás cuenta de que la relación estaba finalizada hace mucho.

“Los cambios son para los VALIENTES. Los cobardes prefieren quedarse donde están aunque no sean felices”

“Nunca llegará a tu vida la persona adecuada, mientras no dejes ir a la equivocada”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *