Divorcio de marido o mujer con enfermedad de salud mental

Muchos matrimonios acaban en separación o divorcio condicionados por por la enfermedad de salud mental del marido o la mujer.

Se trata de una situación muy complicada en la que además puede ser un obstáculo añadido la falta de entendimiento o sensibilidad de la sociedad o incluso de los propios miembros de la familia.

Los trastornos de salud mental son enfermedades y por tanto la persona que por desgracia la padece no tiene un determinado comportamiento por capricho, sino que sufre las consecuencias de su patología.

Convivir con una enfermo de salud mental.

Convivir con una persona que padece un enfermedad de salud mental no es fácil, sino que será un reto no exento de dificultades de todo tipo.  Cada patología sería diferente, pero la mayoría a pesar de poder tratarse con mediación y tratamiento, suelen ir a peor de manera progresiva y esto puede suponer que los familiares y seres queridos acaben con un gran sufrimiento.

Sólo la persona que convive con una persona que padece una enfermedad mental sabe lo duro que es.

En ocasiones habrá que llegar a incapacitar a la persona si llega el punto de que no puede regir sus bienes y persona, lo cual es algo durísimo.

La persona que padece una enfermedad de salud mental debe de tratarse psicológicamente, pero los familiares que conviven con él o con ella también.

Mantener un matrimonio y familia unida cuando existe alguno de sus miembros que padecen una enfermedad de salud mental, requiere una fortaleza de todos los miembros. Se debe de reconocer y aceptar el problema, buscar apoyos y ayuda y saber cuál es la situación presente y previsión futura.

Recomendación: Ayuda psicológica

La decisión de separarse o divorciarse de su marido o mujer si padece una enfermedad de salud mental es muy complicado, siendo siempre recomendable contar con apoyo psicológico profesional.

Divorcio con cónyuge con enfermedad de salud mental

Son muchas las enfermedades de salud mental, de entre otras cabe citar: Depresión, ansiedad, bipolaridad, esquizofrenia, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático… etc.

Cada caso será diferente en función de las circunstancias familiares y de la enfermedad de salud mental y su desarrollo específico.

Separación de un enfermo de salud mental

La separación de un enfermo que padece una enfermedad de salud mental no es fácil, pues se une el gran problema que ya supone la patología con las dificultades de toda ruptura: Dolor, empobrecimiento económico, incertidumbre… etc. Se trata de una «pescadilla que se muerde la cola» en la que el problema de salud mental se puede agravar con el sufrimiento y cambio de vida que provoca la separación.

Una separación es una de las situaciones más traumáticas de la vida de una persona que además supone un cambio de vida (hábitos y rutinas) y ambas son especialmente perjudiciales para las personas que padecen una enfermedad de salud mental.

Las personas somos las mismas con independencia de la evolución natural y vita, pero en el momento en el que brota una enfermedad de salud mental, a pesar de ser la misma persona, muchos comportamientos son tan diferentes que parece que se trata de una persona totalmente diferente.

Hay que mostrar comprensión y apoyo, con independencia de que se apueste por mantener el matrimonio o en su caso optar por la separación.

Régimen de visitas de padre o madre con problema de salud mental.

Deberemos de diferenciar caso por caso la edad y dependencia de los hijos y la patología de salud mental y el grado en el que afecta a la persona, para además la previsión de evolución futura.

Tendremos varias posibilidades:

  • Mantener el régimen de visitas establecido en los casos en los que la enfermedad sea compatible plenamente con el cuidado de los hijos o los hijos tengan la edad o madurez que permita el desarrollo normalizado de las visitas.
  • Establecer un derecho de visitas de la madre o padre que padece la enfermedad de salud mental en compañía de otra persona que sea responsable de velar por el correcto desarrollo de las mismas.
  • Suspender o retirar las visitas maternas o paternas, sin perjuicio de que se pueda relacionar con los hijos en presencia del otro progenitor o con personas de responsabilidad análoga.

De entre las enfermedades de salud mental más complicadas y difíciles de gestionar en el ámbito familiar citamos por ser desde nuestro punto de vista especialmente dura, la de el trastorno bipolar.

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