Problemas de convivencia y divorcio

¿Los problemas de convivencia pueden acabar en divorcio?

Perfectamente, pues es además una de las principales causas de divorcio generada por problemas de comunicación, desgaste de la relación y por pequeños enfrentamientos cotidianos que van minando poco a poco la relación, lo que pueda acabar en separación o divorcio.

Cuando hay problemas de convivencia hay dos maneras de gestionar la situación una vez que se ha tomado la decisión de poner fin a la relación, de mutuo acuerdo o por lo contencioso.

Los problemas de convivencia no tienen necesariamente que ser insalvables, pero para el caso de que lo sean, debemos de tratar de buscar la vía amistosa pues será lo mejor para nosotros, para nuestra pareja y también para todos nuestros seres queridos.

Problemas de convivencia y divorcio amistoso:

Cuando los problemas de convivencia no son superables no hay que someter a la relación de pareja a más presión de la que puede soportar.

En la actualidad, con el confinamiento derivado de la pandemia por Coronavirus, muchas parejas han tenido graves enfrentamientos y problemas de convivencia habiendo tomado la decisión de divorciarse.

El divorcio no es algo bueno o malo en si mismo sino en ocasiones necesario. Es complicado entender que dos personas necesariamente deben de estar de acuerdo para contraer matrimonio como es obvio, pero en cambio con que uno de los cónyuges quiera divorciarse ya es suficiente para disolver el matrimonio por divorcio.

En ocasiones uno de los miembros de la pareja quiere el divorcio y la otra parte no quiere aceptarlo de mutuo acuerdo y es cuando ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo los problemas de convivencia pueden magnificarse y que el divorcio acabe en juicio contencioso.

Por ello desde nuestro despacho de abogados siempre recomendamos la mediación, el entendimiento y la generosidad y la empatía con nuestro cónyuge.

No debemos de centrarnos en los culpables de la situación sino entender que desde el momento en el que uno de los cónyuges no quiere el divorcio hay que centrarse en buscar las mejores opciones legales para resolver la situación.

Divorcio por problemas de convivencia

Problemas de convivencia y divorcio contencioso:

Cuando los problemas de convivencia se nos van de la mano y acaban en divorcio contencioso se produce una situación complicada en la que desde nuestro punto de vista es un fracaso para los cónyuges y los abogados que intervienen en el proceso pues no han sido capaces de potenciar su capacidad de entendimiento y todo acaba en un pleito que se podía evitar.

Nosotros pensamos que es una pena que un matrimonio y familia que suele crearse con los mejores deseos y basando la relación en el amor, el cariño y el respeto, buscando el beneficio mutuo acabe en un juicio en el que literalmente los cónyuges se «tiren los trastos a la cabeza» con reproches y prejuicios.

Es razonable defender el alcance de nuestros derechos y obligaciones en un juicio, pero en materia de derecho de familia es especialmente sensible y se debe de hacer un especial esfuerzo por mediar y ser capaces de entenderse.

Hay que separar los problemas de convivencia del juicio de divorcio contencioso, pues en definitiva, con el divorcio el matrimonio acaba y ya da igual las disputas derivadas de la relación matrimonial cotidiana. Con el divorcio esos problemas de convivencia ya no se van a producir pues dejarán de estar juntos y es por ello que hay que centrarse en regular los vínculos del matrimonio para que a pesar del drama inherente a toda ruptura no exista un perjuicio añadido.

Problemas de convivencia y divorcio de mutuo acuerdo o contencioso

Problemas de convivencia y separación matrimonial:

Lo ideal reiteramos, sería que no existieran problemas de convivencia, pero de existir y producirse la ruptura, podemos enfrentarnos a dos situaciones familiares muy diferentes.

Por un lado la separación de hecho o la separación de derecho o divorcio.

Separación matrimonial de hecho.

La separación de hecho es aquella situación que se produce cuando en un matrimonio existe ruptura matrimonial pero no se tramita ningún tipo de proceso, ni separación ni divorcio.

Simplemente es una situación en la que el matrimonio decide no seguir haciendo vida matrimonial, pero a pesar de ello no se tramita ningún tupo de proceso judicial o notarial de separación o divorcio.

Es algo perfectamente legal e incluso puede ser muy recomendable en aquellos casos en los que precisamente por problemas de convivencia no se tenga claro si se va a producir la ruptura o cabe la posibilidad de una reconciliación. En estos casos es una muy buen opción la separación de hecho y esperar a confirmar que la ruptura es definitiva para proceder a la tramitación del correspondiente proceso de separación o divorcio.

No existe el delito de abandono de hogar por lo que estar «dándose un tiempo» como se suele decir es perfectamente legal y por ello correcto. Lo bueno será tomar la decisión consciente y madura más conveniente.

Separación matrimonial de derecho.

Separación matrimonial de derecho o divorcio es aquel proceso que perfecciona la ruptura con los requisitos legales correspondientes y que surte efecto frente a terceros.

La separación supone la suspensión del matrimonio mientras que el divorcio supone la disolución definitiva del vínculo matrimonial.

Nuestro despacho de abogados precisamente busca que en los casos en los que la ruptura sea definitiva, la tramitación de la separación o el divorcio pueda gestionarse de mutuo acuerdo pues será más fácil, rápido y económico.

Los problemas de convivencia en muchos casos hace que no sea posible el entendimiento por simple imposibilidad de comunicación. Cuando la ruptura es traumática se reducen las posibilidades de llegar a un entendimiento.

Por ello aunque en ocasiones sea muy difícil, merece la pena hacer un esfuerzo por llegar a un entendimiento y buscar profesionales que ayuden y condicionen positivamente la mediación cordial de los esposos.

 

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