El bricolaje y las manualidades en los hogares pude potenciar que la infancia de los niños se desarrolla por el cauce de estilo de vida saludable y autosuficiente.
Cada vez es más común que los niños pasen muchas horas enganchados a dispositivos electrónicos: Teléfonos, televisión, ordenador, tablets, videoconsolas… etc. Puede ser un buen recurso para ciertos momentos en los que los hijos estén distraídos con un dispositivo, pero el abuso puede tener efectos muy perjudiciales, incluso pudiendo llegar a una adicción a la informática y tecnología.
Se están perdiendo las costumbres de que el bricolaje y las manualidades compartidas en familia forme costumbres de hogar saludables que consoliden vínculos de afecto y cariño. Cada vez es más frecuente que los niños desarrollen problemas de comportamiento y en muchos casos son derivados de no haberles puesto límites y haberles permitido que accedan sin control a las nuevas tecnologías, lo que con las redes sociales puede ser inadecuado sin el debido control. El control parental puede ser de gran ayuda para ello.

Los juegos de mesa, puzles, juegos en grupo, deporte y cualquier tipo de manualidad o bricolaje puede consolidar infancias menos sedentarias que en definitiva forma adultos más independientes y capaces, pues de no ser así, no habrán desarrollado habilidades sociales que solo se pueden adquirir correctamente en una infancia con valores familiares de su aprendizaje en el hogar.
El mal comportamiento de los niños en ocasiones se deben a una infancia en la que se crían sin arraigo familiar, pues están acostumbrados a una vida irreal, dentro de un multiverso en el que lo tienen todo desarrollando abundantes necesidades, pero no aptitudes de autosuficiencia que de un valor añadido al esfuerzo.
Para no crear adultos inútiles hay que criar desde la infancia niños con valores y educación forjada en un hogar que le ha dedicado tiempo interactuando, sin que gran parte de su vida pueda consistir en estar delante de una pantalla.