Para que un matrimonio venta una casa o propiedad común será necesario el consentimiento de ambos cónyuges.
Habrá múltiples cuestiones a tener en cuenta, entre otras, el régimen económico matrimonial.
En los casos en los que la vivienda sea común de naturaleza ganancial, será necesaria la firma de ambos cónyuges pues la sociedad de gananciales es propietaria del pleno dominio del inmueble.
En el supuesto de que la vivienda sea común por mitades o cualquier otra proporción por haberla adquirido antes del matrimonio o durante el matrimonio en separación de bienes, cualquiera de los esposos podrá vender su porcentaje de propiedad, aunque en el mercado obtendrá una propuesta de compra de menor importe.
En una ruptura, un hecho controvertido que puede generar grandes controversias es el uso y administración de la vivienda común, por lo que en un divorcio es una excelente opción resolver esta situación y salir de la copropiedad ya sea por la venta de la casa a tercero o la compara del porcentaje de uno por parte del otro.
Diferente será la situación en la que la casa es mía y mi pareja no quiere irse, pues en este caso hablaremos de un problema del derecho de uso, no de la propiedad que es de uno sólo de los miembros de la pareja o matrimonio.
Cómo comprar la otra mitad de la casa en un divorcio
El proceso de compra de la mitad de la vivienda de nuestro cónyuge se denominará liquidación de gananciales si la propiedad es ganancial y extinción de condominio si es privativa.
La forma de gestionarlo es simple, pues no es necesario abogado y se puede gestionar ante notario. En el caso de liquidación de sociedad de gananciales el impuesto estará exento, o lo que es lo mimos, un 0%, mientras que la extinción de condominio supondrá el pago de un porcentaje variable en función de la Comunidad Autónoma. Suele oscilar entre el 0.75% como por ejemplo en Madrid y el 1.5% como en Castilla la Mancha.

Vender casa antes de divorciarme
En un divorcio con vivienda común se cesa en la convivencia y al haber una vivienda para dos personas que van a pasar a vivir por separado, se puede sentir que si me separo no tengo dónde ir, en el sentido de que hasta no recibir la liquidez del valor de la media propiedad puede ser complicado empezar de cero. Por ello es muy recomendable, de ser posible y considerarse procedente, la compra de uno de los cónyuges de la mitad de la casa del otro en el proceso de divorcio.
Cómo comprar la otra mitad de la casa en un divorcio
Para poder comprar la otra mitad de la casa en un divorcio es necesario que ambos firmen de mutuo acuerdo la transmisión, pues de no ser así no se podrá hacer en el notario amistosamente.
En caso de no poder gestionarse amistosamente, la vía es la judicial, en la que los gastos, plazos y trámites se disparan.
Como ya hemos dicho, será diferente en el caso de que sea privativo o ganancial, pero debe de ser consciente que si el divorcio no es amistoso y se ve que se va a retrasar, si existe al menos consenso en eso, se puede cambiar el régimen matrimonial de gananciales a separación de bienes por medio de unas capitulaciones matrimoniales. Esto permitirá que al menos en adelante cada uno tenga sus propios bienes separados, sin perjuicio de que haya que repartir los anteriores gananciales o comunes en régimen de copropiedad.
Siempre será mejor un entendimiento de venta a tercero o compra entre los cónyuges del porcentaje de propiedad del otro, pues de lo contrario los gastos del proceso judicial supondrá que una buena parte del valor de la casa se pueda destinar a costes procesales: abogados, procuradores y peritos.
Abogados de Divorcieitor