Hay que seguir pagando la hipoteca aunque la ex pareja viva con otra persona en la casa común. Lo que se puede hacer es pedir la extinción del derecho de uso, en los casos en los que nuestra expareja tiene atribuido el derecho de uso del domicilio familiar para destinarlo a su solución habitacional o el conjunto con sus hijos comunes, pero en cambio, convive con su nueva pareja.
Lo que se puede hacer es inicialmente mediar con nuestra expareja para tratar de buscar una solución amistosa. En defecto de acuerdo, se deberá de sopesar si se quiere y puede iniciar un proceso de modificación de medidas para solicitar la extinción de la atribución del derecho de uso de la vivienda. Esto es en base a un cambio de jurisprudencia producido en 2018.
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Entender las Obligaciones Hipotecarias
Si su expareja vive con otra persona, o no, será algo diferente a la obligación de pago de hipoteca. La hipoteca debe de abonarse conforme el porcentaje de propiedad o conforme el acuerdo alcanzado en la separación o divorcio. Las obligaciones hipotecarias van por un lado y el derecho de uso de la vivienda por otro.
Hay que entender que no es justo que un miembro de la pareja resida en la casa común con la nueva pareja y que ambos propietarios paguen la hipoteca a medias. Por tanto, sigue existiendo la obligación de pago de hipoteca, pero se puede resolver la atribución de derecho de uso.
Derechos sobre la Propiedad
Los derechos sobre la propiedad son los mismos desde que se adquirió el inmueble y se constituyó la hipoteca. Ello puede cambiar en caso de que se efectué una extinción de condominio, liquidación de gananciales o venta a tercero total o parcial. El derecho de propiedad es un título que se anota en el Registro de la Propiedad y en el que se deberá de actualizar en cada cambio que en su caso se pueda producir.
Los derechos sobre la propiedad son de ambos copropietarios. Si bien es cierto que con una separación se puede acordar el uso, el cónyuge que no está disfrutando del uso de la casa no tiene la obligación de tolerar que la expareja conviva con su nueva pareja sentimental. Además es algo obvio, pues esto se comenta a cualquier persona y cae por su propio peso, pues supone una situación injusta.
Opciones Legales
En las opciones legales debemos de valorar caso por caso. La regulación de derecho de familia es única a establecer en un convenio regulador o sentencia. Es cierto que puede existir después procesos de ejecución en caso de que uno considere que el otro no hay cumplido y quiera instar a el cumplimiento forzoso por vía judicial. También existe la posibilidad de tramitación de una modificación de medidas tanto amistosa como contenciosa. Pero una cuestión muy importante será llegar a puntos de entendimiento. Cuando dos personas se separan pero mantienen una casa común hipotecada lo mejor es que exista una predisposición para acabar liquidando y resolviendo la copropiedad y la cotitularidad de la deuda hipotecaria. La mejor opción para evitar desavenencias futuras entre parejas y matrimonios separados es que se trate de resolver en la medida de lo posible los vínculos existentes. Cada vínculo puede ser un motivo de fricción.
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AYUDADMENegociación y Soluciones
En las negociaciones no debe de estar solo o sola, sino que para tener unas buenas soluciones en la hipoteca y divorcio habrá que resolver las obligaciones hipotecarias y los derechos respecto del inmueble. El problema es que cuando dos personas comienzan una familia y se compran una vivienda hipotecada sólo se suelen centrar en pensar en lo bueno, no en qué pasaría en caso de ruptura.
La negociación de este tipo de situaciones no deben de ir enfocadas a !a qué teno derecho”, sino “qué es lo justo”. No es razonable que en una cas de dos pagada por dos, viva sólo uno de ellos con su nueva pareja. Es algo que segúnd derecho y salvo pacto en contrario, el copropietario que no disfruta del uso de la vivienda no tiene obligación de tolerar.
Consejos Prácticos
Las viviendas y separación no son fáciles de gestionar. Que dos personas hayan decidido convivir en una casa comprada e hipotecada conjuntamente es algo que funciona muy bien en los casos en los que la pareja y familia sigue junta. Poder vivir y pagar la hipoteca común es una muy buena manera de organización familiar, pues la familia tiene un hogar y se va amortizando los pagos con el fin de que con el paso del tiempo se consiga satisfacer completamente la hipoteca.
El consejo práctico es que los cónyuges que se separen no miren solo por ellos, sino que se centren en el interés común y sobre todo, en caso de existir, por el de los hijos comunes.
En las rupturas puede salir lo peor de cada persona de no gestionarla bien. Si se entra en la dinámica de acción reacción puede ser que la relación empeore de mal en peor sin que los problemas se solucionen sino que cada vez aumenten. Incluso, en algunos casos las exparejas lo que más buscan es ganar y salirse con la suya y que correlativamente el otro pierda o salga perjudicado en alguna disputa.
No tiene sentido, con un buen asesoramiento preventivo se pude reconducir toda disputa de derecho de familia. Lo que habrá que hacer es tratar el asunto con sentido común y ponerse en el lugar del otro.
Si en una separación se queda viviendo en la casa uno de los cónyuges y el otro tiene que seguir pagando la hipoteca, objetivamente no es justo. Cada familia será diferente, pero en términos generales, no es una situación pacífica, sino que moral y jurídicamente es un desajuste.